El Gobierno de Australia vigilará con barcos y aviones la próxima campaña anual de los balleneros japoneses en la Antártida, donde tienen previsto matar más de un millar de ballenas pretextando "fines científicos", y que para Camberra son simplemente capturas comerciales.
El ministro australiano de Asuntos Exteriores, Stephen Smith, dijo en rueda de prensa que la operación estará dirigida desde el "Oceanic Viking", nave de vigilancia aduanera que durante 20 días grabará con un equipo de vídeo y fotografía la actividad de los balleneros nipones.
Smith aclaró que el barco no contará con armamento para realizar esa labor, pero que comunicará en todo momento al Gobierno de Camberra el comportamiento de los balleneros y el número y tipos de piezas que capturen.
El ministro australiano añadió que el Gobierno laborista de Kevin Rudd, el nuevo primer ministro tras las elecciones de noviembre, estudia además implicar a otros países en una campaña internacional contra esa caza, la cual podría ser lanzada a primeros de 2008.
"Todas las opciones están sobre la mesa, incluidas utilizar la convención ballenera, la convención sobre especies en peligro o recurrir ante el Tribunal Internacional de Justicia o ante el Tribunal Internacional de la Ley de Mar", dijo Smith.
Asimismo, Smith informó que Camberra emitirá una protesta formal ante Tokio por la campaña de sus balleneros en la Antártida, a la vez que nombrará a un enviado diplomático para intentar persuadir al Gobierno japonés de que suspenda la caza con "fines científicos".
Japón tiene previsto matar durante el verano austral un total de 935 ballenas minke, 50 ballenas de Aleta y, por vez primera en 40 años, 50 ballenas jorobadas, dentro de lo que Tokio denomina su programa de investigación.
El plan cuenta también con la oposición de las organizaciones ecologistas como Greenpeace, 34 de cuyos activistas zarparon hoy desde Auckland (Nueva Zelanda) a bordo del barco "Esperanza" para acosar a los balleneros e impedir la caza.
Portavoces del grupo señalaron que el objetivo no consiste en atacar a los balleneros, sino en proteger a las ballenas, lo que harán desde lanchas neumáticas.
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